La veïna es muda

-          ¡Meeec, meeec!

-          ¿Si, quien es?

-          ¡¡Jeloooouuu vecina!!

-          Hombreee, pero si eres tú, sube, sube.

....

-          Hola vecina, ¿qué haces por aquí?

-          Pues nada, he venido a despedirme.

-          ¿I eso, por qué? ¿A dónde vas?

-          Pues a mi casa de Caldes.

-          ¿I por qué te vas tan lejos?

-          Pues porque se me han acabado las vacaciones y aquella casa me pilla más cerca del trabajo.

-          Ohhh, no me digas eso, ¿y ahora a quien le pediré yo la sal cuando se me acabe?

-          No te preocupes, vecina, que venía a proponerte una cosa.

-          Uy, uy, que emocionante, a ver, propón.

-        Pues nada, es que por ahí arriba, por Caldes, tengo una casita, no es muy grande, pero es muy acogedora. He pensado que igual te gustaría mudarte allí durante el invierno y así cuando necesite que me arreglen las humedades, te llamo a ti.

-          Uyyy, vecina, pero Caldes está muy lejos y en invierno hace mucho frío...

-          No te preocupes, porque la casa tiene calefacción. Es muy bonita, estoy segura que te gustaría, tiene un jardín enorme con su huertecito, sus plantitas, su piscinita, incluso tiene una habitación donde he montado una jaima que se está de lujo.

-          Uff, la propuesta es muy tentadora…pero no me acaba de convencer.

-          A ver si así te convenzo…¡¡Muuuummmuuuummmmuuuuaaaa!!

-          Ufffff, de acuerdo, me has convencido, mañana mismo me mudo.

-          Perfecto, sabía que me dirías que sí. Mañana paso con el coche y te ayudo a hacer la mudanza.

-          Vale, hasta mañana.

-          Adiós.